Incluso en su nuevo equipo, Hiroo se las arregló para hacerse un nombre y fue empujado a la rama Futomata de la famosa Escuela Militar Makinoma. Fue allí donde el joven soldado japonés aprendió a luchar en una guerra de guerrillas, a ser entrenado en inteligencia y a dominar otras importantes técnicas de supervivencia. Hiroo aún no lo sabía, pero este entrenamiento en inteligencia de campo y guerra de guerrillas le iba a ser muy útil. Cuando no quería nada más en el mundo que defender a su patria, Japón, Hiroo pronto se vio enviado lejos de sus costas.