Cuando Nadia era aún muy pequeña, un día cualquiera, mientras realizaba algunas rutinas y trucos con sus amigos, el destino hizo que el famoso entrenador de gimnasia rumano, Bela Károlyi, pasara por allí. Él y su esposa siempre han buscado promover el deporte buscando talentos jóvenes y prometedores con los que alcanzar la gloria en este deporte. La aptitud natural y las increibles habilidades físicas de Nadia saltaban a la vista incluso cuando simplemente se encontraba jugando con sus amigos, por lo que correspondía perfectamente con el tipo de perfil que interesaba a Bela. Károlyi se dio cuenta al momento, siendo este el momento clave que inició el camino que la llevaría a la virtuosa atleta rumana a hacer historia en el deporte.
