Es bastante común escoger a alguien más joven (a veces mucho, mucho más joven) de la familia para que sea el portador del anillo. Aunque esto siempre es adorable, normalmente se corre el riesgo de sufrir pequeños percances si se le confía un anillo de mil dólares a un niño pequeño. Como sucedió en este caso, donde este lindo niño arrojó el anillo y la almohada de golpe, desatando el pánico en la sala y una búsqueda a contra reloj de la tan preciada alianza.
