Acostarse al sol sin protector solar nunca es una buena idea, especialmente para aquellos que empiezan a sentir sueño. Un desafortunado playero aprendió esa lección de la manera más difícil, quedándose dormido sosteniendo un biberón en su pecho. El resultado fue asombroso: Una quemadura de sol que perfila perfectamente su mano y su bebida como si estuviera pintada en su pecho.
¡Eso tiene que doler! Uno sólo puede imaginar lo doloroso que sería pisar la ducha con una quemadura solar tan roja como ésta. ¡Al menos este tipo puede consolarse con el hecho de que su bebida evitó una quemadura solar en una pequeña parte de su cuerpo!
