Los delfines son conocidos por ser animales especiales. Los vemos hacer trucos, cantar con voces chillonas e interactuar inteligentemente con sus compañeros humanos.
Algunos de nosotros hemos tenido la suerte de poder ir a nadar con los delfines. Otros, menos afortunados, seguro que tienen esta actividad en su lista de deseos pendientes. Y es que hay algo especial en ver a estos elegantes y amistosos animales cerca de la superficie que resulta completamente cautivador, casi de otro mundo.
La historia de Adam Walker es la historia de un hombre que tuvo la notable oportunidad de nadar con los delfines por accidente, pero los delfines no estaban allí sólo para decir hola…
