Ese es el punto de esta increíble historia. Todo comenzó en Oklahoma (Estados Unidos) en 1957, cuando la ciudad de Tulsa construyó una supuesta cápsula del tiempo justo debajo del suelo de su tribunal para conmemorar su 50º aniversario. En esa ocasión y en recuerdo, dejaron un coche, un Plymouth Belvedere de 1957, dorado y blanco.
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