No sólo querían comprar una casa juntos, sino también hacer una verdadera inversión. La pareja decidió invertir en una propiedad en la que vivirían mientras la renovaban para posteriormente revenderla, obteniendo un cuantioso beneficio. Tras muchas semanas de búsqueda, Carl y Claire encontraron una propiedad en las afueras de Glasgow. La casa en cuestión había sufrido un incendio, por lo que no era excesivamente cara. Decididos, la pareja acudió a una casa de subastas para hacer una oferta: estaban dispuestos a pagar 37.000 dólares por la propiedad. Desgraciadamente, como no sabía mucho del tema, no se dieron cuenta de que en realidad, la vivienda adquirida no era la que ellos pensaban, sino otra muy diferente…
