Claire Segeren, originaria de Canadá, y su novio, Cal Hunter, un estudiante británico, se conocieron durante un viaje de esquí en los Alpes franceses. Trabajaron allí como temporeros y, además de ganar algo de dinero, encontraron el amor. Y según ellos, fue amor a primera vista, como ese que sale en las películas románticas que todo el mundo adora. Y lo cierto es que su idilio continuó cuando el invierno llegó a su fin. Juntos, viajaron por Europa y Canadá antes de establecerse finalmente en Escocia para terminar sus estudios. Unos meses después, cuando Claire terminó la universidad, decidieron dar un paso más y comprar una casa juntos.