Sin embargo, una vez dentro, se pueden admirar los hermosos suelos de mármol, los muebles de madera noble y las lujosas alfombras y estatuas que muestran realmente el holgado estilo de vida que llevaba el propietario. Incluso en su estado de abandono, la casa refleja la extravagancia y la opulencia del multimillonario nipón, repleta de cuadros caros, candelabros de oro e insólitas alfombras con cabezas de guepardo. Obviamente, en la actualidad no luce como en su bello estado original, pero aún así sigue ejemplificando a la perfección un estilo de vida repleto de lujos, placeres y objetos de diseño que sólo unos pocos podían permitirse.