Mark Andre tenía un trabajo apasionante. Y quiso aprovechar de este privilegio realizando varias investigaciones relacionadas con el medio ambiente. Era un explorador nato. A este hombre le encantaba explorar los bosques del norte de California. Como director de servicios medioambientales de la ciudad, su trabajo consistía en pasar tiempo en la naturaleza. Conocía la zona como la palma de su mano. Al menos eso es lo que pensaba este especialista del medio ambiente hasta que fue testigo de algo increíble.