Sin embargo, a veces hay que entrecerrar los ojos para ver las esferas, ya que no parecen ser tan grandes. Pero esto no es cierto. Recuerda que algunas se encuentran a cientos de metros de altura, por lo que lo que puedes ver desde el suelo no es una representación de su verdadero tamaño. Algunas de las variedades más grandes tienen en realidad un mínimo de 36 pulgadas de diámetro. En cambio, las bolas que cuelgan un poco más cerca del suelo -por ejemplo, a menos de 15 metros de altura- pueden tener solo 20 pulgadas. Éstas se distribuyen de forma menos generosa que sus homólogas más grandes. Las esferas más pequeñas pueden estar elevadas a tan solo 30 pies de distancia, mientras que las más grandes pueden llegar a alcanzar los 200 pies.
