Un hecho bien conocido de los loros es que pueden aprender palabras. Aunque a menudo se utiliza esta habilidad como un truco divertido, Willie, un pájaro de Colorado, utilizó su capacidad de hablar para salvar la vida de un niño. En 2008, Megan Howard, la compañera humana de Willie, estaba dando de comer a un niño pequeño al que cuidaba. La cuidadora había salido de la habitación un momento cuando la niña empezó a atragantarse con la comida. Al saber que algo iba mal, Willie se convirtió en una especie de alarma con plumas, gritando “¡Mamá! Bebé!” repetidamente y agitando las alas para llamar la atención de Megan. Gracias a la advertencia de Willie, la joven pudo realizarle rápidamente la maniobra de Heimlich y salvar su vida.
