Estela Meléndez, de 91 años, y su esposo Manuel González, compartieron una vida que muchos describirían como perfecta. Viviendo en la pequeña comunidad de La Boca, en la costa del Pacífico, a pocas horas de la capital de Chile, Santiago, compartían un fuerte vínculo forjado a través de nada menos que 74 años fantásticos de matrimonio. Aunque la pareja estaba lejos de llevar una vida acomodada, su carácter humilde siempre les ayudó a superarlo. El trabajo de Manuel como marinero y pescador aseguraba que la pareja siempre tuviera comida en la mesa. Sin embargo, en enero de 2015, la vida de Estela sufriría un fuerte revés, desencadenando una serie de acontecimientos que darían lugar a una revelación de lo más impactante.
