Al igual que los plátanos y las patatas, las temperaturas frías pueden potenciar la maduración excesiva de estas frutas, haciendo que estas se pudran más fácilmente. Cuando compres un melón, simplemente trata de dejarlo en un lugar fresco y no húmedo, pero nunca en un lugar demasiado frío. Al tratarse de una fruta que tradicionalmente consumimos en verano, seguramente quieras dejarlos en la nevera para degustarlos bien frescos. No obstante, a menos que su consumo no vaya a ser casi inmediato o bien no te termines la pieza entera, dejarlos en tu refrigerador no es precisamente una buena opción.
