En 1958, Estados Unidos tomó la delantera con el lanzamiento del Proyecto Mohole. Localizada cerca de Guadalupe, en México, la operación vio cómo un equipo de ingenieros perforaba el lecho del Océano Pacífico hasta una profundidad de más de 600 pies. Sin embargo, ocho años más tarde se cortó su financiación y el Proyecto Mohole fue abandonado. Los estadounidenses nunca llegaron al manto. A continuación, vino el turno de los soviéticos. El 24 de mayo de 1970, un equipo de investigadores comenzó a perforar la tierra bajo el distrito de Pechengsky, una región poco poblada de la península rusa de Kola. Su objetivo era simple: intentar acercarse lo máximo posible a la corteza del planeta.
